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Supongo que Nani contará algo cuando vuelva a España y no tenga tanto jaleo, pero por ahora voy a poner algunas fotos. Supongo que del vocabulario se encarga él: porque yo era incapaz hasta de decir tomar en vez de coger... (de ahí las caras de asombro). Para ir abriendo boca, un maravilloso amanecer sobre el Atlántico.


A la izquierda, el conocido café Tortoni, donde se reunía (aún hoy se reune) la crème de la crème de los artistas, no solo porteños, sino también españoles (había fotos y autógrafos de Lorca y Alberti).

A la derecha caminito, el barrio más colorido y alegre que se pueda uno imaginar (vamos, un paraiso para quienes como a mi, nos gustan las luces de navidad de Agatha :)
Debe ser el barrio en el que más show-tango hay por metro cuatrado, en el que más souvenir puedes comprar, el más peligroso, y el más cercano al estadio del Boca.

En las dos últimas fotos no queda claro si se trata de Buenos Aires o Japón, un poquito de fe, por favor!!. Se trata del jardín japonés, que se encuentra cerca del cementerio de la recoleta, y de la flor que se abre y se cierra en función de la luz del sol (energía fotovoltáica). A este jardín japonés nos encaminamos una soleada mañana de Diciembre (sí, soleada, es lo que tiene el verano en el hemisferio sur, que Papá Noël pasa calor, y los lugareños que comen lo que nosotros, pero con 40º de temperatura también). El parque es muy bonito, pero nosotros acabamos así...


Y por último los dos personajes que más nos han llamado la atención hasta el momento, ambos por su masculinidad y capacidad de aparecer en los lugares menos esperados (el samurai argentino y el pirata irlandes del pub argentino... ¡¡están locos estos porteños!!)